lunes, 12 de septiembre de 2022

Cuaderno de Bitácoras. Días 5 y 6: Pedras Negras- Isla Areoso-Cambados / Cambados-Vilanova- Puentecesures- O’Milladoiro- Santiago

Estos dos últimos días han sido sin duda  los mejores. El tiempo comenzó a mejorar paulatinamente y cada vez nos sentíamos más cómodos en el barco y entre nosotros. Tuvimos un trayecto de unas 3 horas y media realmente relajante, el mar estaba en calma total, lucia el sol y el paisaje se hacía más bonito por momentos. Paramos en el islote Areoso, una auténtica maravilla frente a la isla de Arosa. Parecía como un anuncio publicitario de cualquier  playa del caribe con su arena blanca y sus aguas de un azul cristalino sino fuese porque el agua estaba mucho más fría. En cuanto fondeamos lo que más me apetecía sin duda era lanzarme en aquellas aguas e ir nadando hasta la playa, y la temperatura del agua en este momento era para mi hasta un aliciente. Conseguí animar a una de las pasajeras para no irme sola y nos fuimos nadando hasta la playa . El agua estaba helada, pero regrese al barco renovada, revitalizada  y sobre todo super feliz por haber vivido esa experiencia tan única y especial. Tenia tanta energía que hasta me puse a cocinar una tortilla  de patatas que compartimos en la que iba a ser nuestra última tarde en el barco. El Capitan nos dijo que en sus 20 años  era la primera vez que veía que alguien cocinase una tortilla en su barco. Aún me sentí más especial 😛.
https://drive.google.com/uc?export=view&id=1Rukn81wi7hsYwE0DF5j-elMqQEzuq7P8

https://drive.google.com/uc?export=view&id=1iMSBiT7N_qQ_X3SaYXqr9WjgXdz4Np_2
Desde allí nos fuimos a Vilagarcia, donde nos despedimos del capitán y del barco y desde el puerto cogimos un taxi hacia Cambados. Esa noche dormiríamos en un hotel y no veía la hora para desparramar todo el equipaje por la habitación y darme una ducha. El resto de la tarde me pase recorriendo la preciosa locailidad de Cambados, desde la famosa plaza de Fefiñans hasta las inquietantes ruinas  de la Iglesia antigua de Santa Mariña, donde se encuentra el cementerio de Cambados. He visto restos de monasterios, Iglesias y  conventos en varios lugares, pero nunca rodeados de tumbas por todas partes.

Eran ya casi las 8.30 de la noche y ya faltaba poco para atardecer. Era el momento ideal para dirigirme hacia el barrio de Santo Tomé y de ahí a las ruinas de la torre de San Saturniño. De nuevo, fue un momento glorioso, la marea estaba muy baja, el sol se estaba poniendo y con la torre al fondo creaba un paisaje embriagador.  Allí me quede más de una hora disfrutando de esa puesta de sol en especial y haciendo fotos sin parar.

https://drive.google.com/uc?export=view&id=1oYrJaaGkfc7jC9bnU-fVG9GcNUKbwxcOhttps://drive.google.com/uc?export=view&id=1or5kmvR9ecOCNVtFdktZqScmDYv4rX24
La mañana siguiente hice exactamente el mismo recorrido pero con mis clientes y de nuevo me gustó disfrutarlo y poder compartirlo. Después de comer un taxi nos llevo a Vilanova y allí una lancha motora nos llevo a hacer la misma ruta que realizaron los discípulos con en cuerpo de Santiago hasta Puentecesures y de allí taxi a O’ Milladoiro para realizar el último tramo de 7 km a pie hasta hasta la catedral de Santiago.
https://drive.google.com/uc?export=view&id=1in9obAR82RKREanx97wCEUtoixkjphUDhttps://drive.google.com/uc?export=view&id=1gdKwPaH2yA7QUv4UB_l1QI6Zt8OwVj5a
El trayecto en lancha fue simplemente maravilloso, el río estaba totalmente para nosotros, y una guía Iva contándonos todo tipo de curiosidades sobre el lugar: - sobre las 2800 bateas de las 3500 que hay en toda la ría de Galicia, que hay en la ría de Arousa.- sobre el único via-crucis marítimo con 17 cruceiros siguiendo los pasos del cuerpo De Santiago hasta el Pedron que dió nombre a Padrón- sobre los criaderos plantaciones de almejas - sobre la lamprea, el animal vivo sobre la tierra más prehistórica que existe y que se cocina en su propia sangre Y sobre otros temas interesantes que hicieron más didáctico el trayecto de hora y media.
Al llegar a Puntecesures  toda la parte por mar y río había terminado y nos dispusimos a hacer el último trayecto a pie. Eran las 3.30 de la tarde y hacía muchísimo calor, por lo que fue mucho más duro de lo esperado. Llegamos a La catedral por la ría de los Francos y por fin divisamos nuestro objetivo: la impresionante catedral meta de millones de personas de todo el mundo. 
Fin de viaje. Si tengo que hacer un resumen diría que ha sido una experiencia única e inolvidable,pero no exenta de problemas y malos momentos. He aprendido muchísimo de navegación y  de Galicia, pero sobre todo lo que más he corroborado es que es necesario sufrir para luego poder disfrutar de verdad de algo. El recuerdo de mi terrible mareo del segundo día se disipó totalmente al meterme  en las aguas gélidas del islote de Areoso, y el desinterés de inicial de mi grupo  en el disfrute por el esfuerzo para conseguir su meta. 
https://drive.google.com/uc?export=view&id=1c95DROc4OkjvmW2_pDu_hfynnQBIruPv





viernes, 9 de septiembre de 2022

Cuaderno de Bitácoras. Días 3 y 4: Baiona- Aldan-SanXenxo- Isla de Ons- Pedras Negras

Comenzamos el día visitando la famosa Virgen de la Roca en Baiona y el Cruceiro de la Santísima Trinidad, dos de las atracciones que nos quedaban pendientes en esta bonita localidad. 

https://drive.google.com/uc?export=view&id=1Ls6wjzSvediVVVsLmCNsMDrsnVLG81z4

De ahí salimos a navegar con rumbo a Aldan,  ya que la visita a las islas Cíes no era posible por las condiciones climáticas.  Al cabo de media hora de empezar a navegar comencé a sentirme mal, la tripa de me dolía y comencé a marearme. Las olas se volvían mucho más grandes, el barco cada vez se movía más y mi cabeza no paraba de darme vueltas. Tenia ganas de vomitar y de ir al baño, pero sobre todo de pisar tierra firme. Lo más curiosos es que a yo fui la única afectada, ya que el resto de la tripulación se encontraba perfectamente. En esos momentos pensé que esto no estaba pagado de ninguna manera, que qué estaba haciendo aquí, que como podía haber aceptado un trabajo para el que no estoy hecha,  e hice un enorme esfuerzo por no vomitar. Tenia que mantener mi dignidad a toda costa. Entre esos pensamientos no sé cómo me quede semi dormida en mitad del temporal y cuando abrí los ojos de nuevo, lo cierto es que empecé a encontrarme mucho mejor. 

Así llegamos a Aldan un entrante profundo en la ría de Pontevedra que estaba perfectamente resguardado de tormentas  y oleaje. Allí fondeamos y comimos en el barco. Bueno yo comí un poco de pan porque no tenia cuerpo para nada más, pero en breve ya volví a ser persona. De ahí nos fuimos a la famosísima localidad de SanXenXo, que la verdad no le encontré ningún encanto en particular.. Al llegar nos dimos un largo paseo hasta Porto-Novo y de ahí vuelta al puerto de SanXenxo para dormir por segunda noche en el barco. 

La verdad es que dormir se duerme bien y  he dormido en hoteles Cápsulas mucho más pequeños. También me maravilló la cantidad de recovecos y el espacio tan súper aprovechado que hay por todo el barco. Llegue a mi cuarto y ya no que quedaban fuerzas para escribir una sola línea. 

Esta noche ya es el día 4 de mi viaje. Hemos atracado en el puerto de San Vicente do mar : Pedras Negras. El puerto es bastante pequeño, hay contados restaurantes abiertos y el único supermercado de la zona ya ha cerrado hasta el próximo verano . Sin embargo el lugar me ha parecido maravilloso . El paseo por la pasarela de madera había Punta Abelleiro ha sido precioso y me encanta la desolación que se respira y las playas llenas de enormes piedras negras. Una maravilla un lugar sin duda para volver. La cena en la Taberna Asador casa Pepe con vistas a un pequeña playa y una comida deliciosa y a buen precio, ha sido la puntilla de un día fantástico. 
https://drive.google.com/uc?export=view&id=1qu_gFj6sp6nmAlr69aGQRX9w5Zy-yvEh
Hoy  nos ha hecho un día estupendo  y el sol nos ha acompañado toda la jornada. La mañana la pasamos en la isla de Ons a donde llegamos en ferry. La isla, que forma parte del parque nacional de las islas atlánticas juntos con las Cíes  y Salvora,  es otro lugar maravilloso donde alejarte del mundanal ruido de la civilización. Nada más llegar hicimos la ruta norte, unos  6 km de trayecto donde disfrutar de la naturaleza en estado puro: Preciosas playas de arena blanca, escarpados acantilados como los de la boca del infierno o de su flora y fauna. Hoy sin duda me olvidé de los malos ratos del día anterior y me sentí realmente privilegiada de visitar esos lugares especialmente fuera de temporada, con mucha menos gente que tan solo hace unos días.

https://drive.google.com/uc?export=view&id=1oup8yqcNrwErsRJ3n9q8FDg51SgT3pXK

Hoy es la última noche en el barco y aunque me muero ganas de ir a una habitación de hotel con mi propia privacidad, baño y espacio para mi, también se que echaré de menos esos buenos momentos que sin duda he pasado.

miércoles, 7 de septiembre de 2022

Cuaderno de Bitácoras. Day 2: Vigo- San Adrian de Cobres- Baiona

El día amaneció nublado y continuó así por el resto del día,  exceptuando algunos episodios de sol radiante con otros de ligera lluvia. Lo que se aventuraba como una de los retos de la temporada  se quedó en un fantástico y relajado paseo en barco hasta el interior de la ría de Vigo hacia  San Adrián de los Cobres. Esta parada fue uno de los cambios que hicimos en el itinerario  para aprovechar el viento a nuestro favor y empezar una jornada tranquila y  también para poder disfrutar de uno de los mejores restaurantes de la zona: Mauro. 

https://drive.google.com/uc?export=view&id=1K5o6Xtj0WAYRNOLu6KMJcSUZXZKNS4y4
Después nos esperaba lo que se suponía iba a ser la peor jornada de la semana con grandes olas, viento fuertey navegación  contracorriente. Por primera vez me tomé una pastilla contra el mareo y me dejé llevar. Sin embargo el trayecto fue mucho mejor de lo esperado y aunque hubo algunos movimientos bastante bruscos en ningún momento nos encontramos mal ninguno de los pasajeros.

Así llegamos a Baiona donde pudimos disfrutar de un fantástico paseo de unos dos km alrededor  de la fortaleza de Monterreal con unas preciosas vistas hacia la costa y hacia las propias murallas y algunos momentos interesantes como el del encuentro entre culturas o el monumento a los marineros. De allí al parador donde deje a mi grupo para que disfrutase de la cena.
https://drive.google.com/uc?export=view&id=1L6p-W7l9nn-2zalfyJDVysTyxE5v-JIMhttps://drive.google.com/uc?export=view&id=1XWT5t3ChfFPqFyUINvKd17m1zbK2x3uihttps://drive.google.com/uc?export=view&id=17fKC9bhq0N6x97OF3GXc2NO0e2EdqXH4
Sin embargo creo que ninguna de las 3 personas de mi grupo van a ser capaces de sacarle todo el partido a este viaje  y es que no beben nada de alcohol y comen lo justo, por no decir que muy poco Pero Dios mío, ¿Como  puedes venir a Galicia si no te gusta comer ni beber? Estás perdiéndote una parte muy importante de la experiencia.

En Mauro se pidieron una ensalada para los 3, pero los camareros dijeron que tenían que pedir algo más y pidieron una degustación de croquetas de todo tipo, me dijeron que no lea había gustado nada. Era la primera vez que probaban las croquetas pero me dejaron muy claro que para nada era su tipo de comida. Algo similar les pasó en el Parador donde pidieron un arroz con Bogavante, y aunque les gustó el sabor dijeron que fue excesivo  trabajo comer el bogavante. Cuestión de culturas.

Yo me fui a dar un paseo por el casco histórico, comí algo más ligero y entre una cosa y la otra se hicieron las 10.30 y decidí que ya era hora de regresar al barco para poder dormir abordo. 

Seguro que alguna vez has vivido ese momento en que aparcas tu coche  en el centro comercial y luego no recuerdas donde lo dejaste y pasas un mal rato intentando encontrarlo. Pues lo mismo me ha pasado a mi con el barco. Lo primero que pensé fue : ¡madre mía pero cuanta gente tiene barco! Había decenas  y decenas de barcos por todos lados y por la noche con poca luz todos me parecían iguales. Además se me acababa de terminar  la poca batería que me quedaba en el teléfono, por lo que no podía contactar con el Capitan y he pasado un buen rato hasta que finalmente  he conseguido encontrarlo. En fin … sin palabras pero de todo se aprende. 

Ya es medianoche y toca dormir . Siento un ligero movimiento pero es como si me acunaran ligeramente por lo que creo que sin duda dormiré bastante bien esta noche. Hasta mañana ☺️




lunes, 5 de septiembre de 2022

Cuaderno de Bitácora. Día 1 : Sailing Camino. Vigo

Hoy ha sido el día que he conocido a mi grupo: bueno en realidad son 3 personas en sus 70 que se han apuntado a esta aventura.

https://drive.google.com/uc?export=view&id=1p8vRZM-ZG-Tt9nKA8THe-HbWutKVwf6w

El día amaneció bastante lluvioso según las predicciones. Mi grupo quería cancelar el viaje por las condiciones meteorológicas y porque no habían venido a pasarlo mal, pero poco a poco fueron cambiando de idea…l Les dije que este no era un viaje de placer, aunque seguro que lo tendrán, sino que  ante todo se trata de un peregrinaje hasta la tumba De Santiago. Como  cualquier otra peregrinación debes saber sobreponerte a tus debilidades y tus miedos y superarte a ti mismo. Además ayudó especialmente que  el tiempo por la tarde mejoró notablemente y  el hablar con el capitán. Hicimos unos cuantos cambios en nuestro itinerario y todos llegamos a la conclusión de que podríamos hacerlo, aunque tuviésemos algunas dificultades e incomodidades debido a los vientos y a las olas, 

Fue un día muy intenso y ahora solo queda prepárame para navegar por primera vez y com estas condiciones y dormir 3 noches a bordo.

Mientras ultimábamos los últimos detalles en el barco  empece a sentir un poco de mareo por el ligero vaivén del barco amarrado en el puerto, así que rno quiero ni imaginar cómo va a reaccionar mi cuerpo en alta mar. Creo que en este caso,  yo voy a tener que ser la primera en superar mis miedos.

Estoy agotada pero satisfecha y me ha gustado aprender unas cuantas cosas de navegación. Y seguro que mañana aprenderé muchas más y aquí os lo iré contando.

domingo, 4 de septiembre de 2022

Cuaderno de Bitácora Día 0: Sailing Camino. Vigo


https://drive.google.com/uc?export=view&id=1FBz7aVkIB08KlybLM2aqov3O6idjGrzs
Llego por la tarde a Vigo, una ciudad donde el gris es el color que más resplandece. El cielo está totalmente cubierto y en cuanto salgo del aeropuerto, Vigo y Galicia me reciben con lo que ha solido ser lo más característico de su clima: la lluvia. Y digo solido, porque desde hace muchos días no llueve en Galicia y dos palabras, inusuales en estos lares, se han hecho de uso común: sequía y restricciones. Por tanto, la llegada de la lluvia es algo más que esperado: el deseado maná que caracteriza al pueblo gallego.

https://drive.google.com/uc?export=view&id=1rOkkufx4RSnrAnFB2LVNqfCHfmWDKjhP

Todo sería perfecto si no fuese porque mañana mismo comienzo por primera vez la Travesía Náutica del Camino De Santiago. Y es que, aunque muchos quizás lo desconozcan, la navegación de 90 millas náuticas y el peregrinaje andando de los últimos  5 km antes de llegar a Santiago dan derecho a la ansiada Compostela. Su reconocimiento  por parte de las autoridades del Camino fue reciente, en 2019. Despues  siguieron los fatídicos años de la pandemia y ahora en 2022, tengo el honor de inaugurar esta ruta con la empresa especializada en la realización de caminos de Santiago de alto standing: Marly Camino.
Un lujo, un regalo sin duda ser la guía del viaje que nos llevará a lugares tan maravillosos y fascinantes como Baiona, las Islas Cíes, las Isla de Ons, Xanxenxo o Vilanova de Arousa a bordo de una catamarán. Sin embargo, no hay camino de Santiago que se vea más afectado por las lluvias que el Camino Náutico. El tiempo determina la navegación, el fondeo y por supuesto el disfrute de las maravillosas localidades y playas de las rías Bajas.

https://drive.google.com/uc?export=view&id=12fm6Y1y3FujZ10sbUEx9Gz7APfNBFaY6

Como guía turística pienso que mi principal misión es siempre el que mis clientes sepan disfrutar de los viajes, independientemente de las adversidades con las que nos encontremos. Y creo que lo primero que hay que hacer en estos casos es cambiar la palabra adversidad por aventura, y vivirla como tal.

He realizado viajes donde toda la logística ha salido a la perfección y sin embargo han resultados aburridos, no solo para mi, sino también para los clientes. Por supuesto, nadie tiene nada negativo que destacar, pero sin embargo, no existe la emocion, la descarga de adrenalina que te produce el solucionar problemas, sobreponerse a los contratiempos y encontrar la esencia del viaje. Otros viajes han sido caóticos por muy diversas razones: huelgas de todo tipo, clientes que no consiguen adaptarse al ritmo del tour, condiciones climáticas adversas y límites, proveedores que han dado problemas, ciudades sobre saturadas de turistas  y un largo etcétera.. y sin embargo después de superarlas se han convertido en viajes memorables donde la conexión personal con los pasajeros ha sido mucho más intensa. 

Mi misión ha sido en estos casos: 1. Tomar el control y utilizar todos los medios a mi alcance para solucionar el problema 2. Transmitir paz y seguridad frente al lógico miedo, cabreo o desolación del pasajero 3. Cambiar el convencional punto de vista y hacerles sentir que no hay nada mejor que la vida intensa y vivida y el insuperable placer de sobreponerse a la adversidad frente a la liviandad de una  “vida perfecta”. 4.Que tomen conciencia  y  comprueben por si mismos cuáles son las verdaderas adversidades de la vida y de esa modo desenfocar de aquellas situaciones nimias a las que les hemos dado demasiada importancia.

El reto y la misión son sin duda muy grandes y en este viaje que mañana empiezo tendré la oportunidad de ponerlos en práctica y sobre todo de seguir contándoles  mi propia experiencia…










sábado, 11 de junio de 2022

Viajar en tiempos "covid-post-covid"

Hemos pasado de cero a cien en cuestión de dos meses. De no haber absolutamente nada de trabajo al estallido total del boom turístico como nunca lo había vivido.

Los aeropuertos super saturados, miles de personas perdiendo vuelos por la tardanza en las aduanas y control de pasaportes: falta personal en todos sitios, las habitaciones de los hoteles a desbordar y servicios totalmente esenciales para el turista empiezan a fallar: grupos que han dormido en el bus, guías durmiendo con pasajeros por falta de habitaciones, cancelaciones de servicios de transporte a última hora, tener que llevar a turistas en metro al no haber disponibilidad de buses, ir a cenar con equipaje incluido, no poder realizar excursiones incluidas, guías locales debordadas y agencias de viaje contratanto a gente sin ningún tipo de formación, para por lo menos estar ahí. Todas estas situaciones descritas son casos reales que he vivido en carne propia o que han sufrido mis compañeros. 

Lo que ha vuelto a resurgir con fuerza son los "pickpockets" a la caza y captura del turista despistado, para llevarse cualquier cosa que encuentre a su paso. Todo esto supone un gran reto, sin duda.

Estamos a 10 de junio y esto acaba de empezar, por lo que sé que seguro que tendré muchas anecdotas que contar. Es el momento de hacer entender a los clientes los tiempos que estamos viviendo para que sepan aceptar los errores, imperfecciones y retrasos que se van a vivir en toda Europa. Debemos crear unas espectativas realistas y hacerles entender que en estos momentos sigue siendo un privilegio el poder viajar y que deben entender que tras 2 años de Covid muchas empresas han cerrado, otras han disminuido drásticamente sus empleados, y todavía no les ha dado tiempo a reaccionar. 

Al mismo tiempo que el turismo se ha reactivado de forma exponencial, seguimos con restricciones pandemicas que complican todavía más el panorama: la obligación de que los estadounidenses se hagan un test de antígenos 24 horas antes de coger el avión de vuelta a su país, no hace sino ralentizar y complicarlo todo mucho más. Agencias buscando hoteles, restaurantes y guías como nunca habían hecho en su historia, con unos precios absolutamente desorbitados. 

Es una situación incómoda en la que por mucho que pongas de tu parte, no vas a poder ofrecer el servicio que deberían y por el que han pagado. Es todo una auténtica locura, pero ante el todo y la nada siempre es preferible el todo. Así que aunque llegarán situaciones impredecibles, cualquier cosa mejor que los dos últimos años que hemos vivido. Así que pase lo que pase prometo no quejarme: sigo sintiéndome una privilegiada por tner esta profesión que tanto disfruto.

Cuando estoy apunto de publicar este mensaje, recibo una esperadísima noticia: EEUU desde el domingo 12 de junio dejará de exigir prueba negativa de antígenos para entrar al país. Sin duda, una nueva época se aproxima... 

martes, 5 de abril de 2022

Calentando motores

Todo se precipita sin buscarlo. La vida es cada vez más incierta y eso hace que de poco sirva el angustiarse ante la falta de control de los hechos que acontecen. Dos años de pandemia, de reconversion a otro tipo de trabajo que nada tiene que ver con ser guía turística. Años de aprendizaje, de reflexión, de caos y sobre todo de resignación.

Por delante el inicio de la vuelta a lo que antes considerábamos normalidad.. Siento que he perdido una gran cantidad de facultades como guía: meses desentrenada, sentada 8 horas al día en la pantalla de un ordenador, con una vida monótona y sin más retos que el de llegar a fin de mes. Si todo va bien y acontecimientos extraordinarios pero posibles me lo permiten, como una tercera guerra mundial, una invasión o un estallido nuclear, o la vuelta a nuevos brotes, volveré a viajar  igual que antes.

Cuando empiezo a desempolvar mis guías, mis papeles y todo lo que conlleva viajar por grupos por toda Europa, un acontecimiento aún más relevante que los potenciales citados anteriormente irrumpe en mi vida: la muerte de mi padre. Algo que sabemos algún día va a pasar, una experiencia realmente certera pero para la nunca estás preparada. 

Su defunción se produce días antes de empezar mis viajes. Siento alivio por haber podido pasar sus últimos días con el, por no haberme encontrado a miles de kilómetros y por producirse en las mejores fechas posibles, aunque esto suene totalmente incoherente. 

Hace 25 años un julio de 1997 asistí como testigo directo a la cremación de cuerpos anónimos tanto en la playa como en el crematorio de Venares en la India. Hoy casi 25 años más tarde voy a la de padre.

Mi viaje a la India fue un punto de inflexión en mi vida que me condicionó para el resto de ella. Quizás es hora de volver.. De reencontrarme de nuevo.. Pero ¿por que siento esa necesidad de hacerlo allí? ¿Por qué es tan complicado lograrlo en mi vida habitual? 

10 tours de trabajo y dos  viajes de placer es lo que me espera a la vuelta de la esquina. Me siento huérfana y no solo de padre, es la usencia de experiencias enriquecedoras y el miedo que nos han inoculado como nunca a través de las pantallas, lo que me hace sentir indecisa e insegura. ¿Podré reengancharme de nuevo a mi antigua vida de forma exitosa? ¿Que influencia tendrá la ausencia de mi padre en mis propias vivencias? ¿Podré algún día  echar sus cenizas en el río más sagrado del mundo? 

Todo es potencia y posibilidades..pero cada vez siento que los acontecimientos no dependen tanto de mi, como de mi destino, como de todo lo exterior a mi. 

Esta noche regreso a casa y comienzo a calentar motores de un nuevo capítulo en mi vida.. Justo en un año singular en el que cumplo 50 años. En el que hace años me propuse celebrarlo regresando a la India, pero ahora siento que si lo hago, en lugar de celebración será de homenaje y dedicación hacia mi padre, responsable en gran manera de mi espíritu y forma de afrontar la vida. 

Papá te llevaré conmigo en cada destino que vaya, en cada acontecimiento que viva y en casa rincón de mi corazón. 




martes, 8 de junio de 2021

Mis nuevas relaciones




Durante la pandemia he experimentado unas cuantas relaciones que os quiero comentar. La primera la comencé porque fue la primera que  apareció, y así como llegó, se fue casi sin darme cuenta. Empezamos bien y aunque fue muy corta, yo puse todo de mi parte para que fuese lo mejor posible. Sin embargo terminó abruptamente, y el fin de nuestra relación me llegó a través de un mensaje de Whasapp.

Al poco tiempo me embarque en otra. Esta había comenzado estupendamente, conociéndonos el uno al otro poco  a poco,  pero cada día que pasaba, me iba gustando menos. No me sentía a gusto y la relación se iba deteriorando. No quería tirar la toalla tan pronto, decidí darle una oportunidad, y  por eso seguí, llevada por la rutina y el miedo al cambio. Hasta que llegó un momento, en el que ya no pude más, me sentía realmente infeliz y ya supe con total seguridad,  que es lo que no quería, así que esta vez fui yo la que corté la relación.

La tercera ha sido más larga y  también más dolorosa. Aunque en un principio no era mi tipo, poco a poco fui descubriendo que había cosas que me gustaban, el día a día era estupendo, y aunque era muy intenso, quizás demasiado, disfrutaba de esa intensidad, aunque también tuviera mis dudas en el día a día. Tras cinco meses juntos, me sentía que ya tenía el control, y  siempre creí que había una estupenda relación por ambas partes. Esta, no sé porqué acabo, la verdad es que aún me lo sigo preguntando. Justo ocurrió después de estar de baja por Covid-19. Quizás fue eso lo que no le gustó, o puede ser que  pasados  los primeros meses, la otra parte no quiso comprometerse, eso lo podía imaginar, pero jamás  hubiera creído como fue esa ruptura: de un día para otro, por una pequeña discusión, por falta de comunicación, que desencadenó en una ruptura  total y a las malas.

Aunque estéis pensando que vaya vida amorosa he tenido durante la pandemia, quiero deciros que estas relaciones no han sido amorosas, sino laborales, pero que en el fondo te afectan como si lo fueran y se establecen claros paralelismos, porque quieras o no, el trabajo forma parte sustancial de tu vida y tu desarrollo como persona.

Durante la pandemia he descubierto algo que no sabía, y es el tipo de trabajo que se encuentra.  Tras el  "gran divorcio o el gran enviudamiento" provocado por la Covid  con mi anterior trabajo como guía turística, y sin quererlo ninguna de las partes, era hora de buscar otra cosa, y como muchos dicen, de reinventarse. Acostumbrada a ser autónoma y trabajar por mi cuenta, donde te valoran casi exclusivamente según los resultados, encontré que estas relaciones contractuales y por cuenta ajena, dejan mucho que desear. 

Al igual que el amor, cuanto mas fácil encontrarlo, más fácil perderlo. Las personas son números, pagados muchas veces de forma humillante. Me han descartado de procesos de selección en los que iba absolutamente sobrada, y tan solo pedían la EGB, de muchos otros nunca recibí  respuesta, y de lo que salen, muchas veces te usan como carnaza, están contigo hasta que termina el periodo de prueba y después se van a por otra. Es tanta la promiscuidad laboral que todavía sigo absorta.

Inevitablemente  estas experiencias me han bajado la autoestima y a veces me han hecho desconfiar de mi propia valía. Quizás es que soy demasiado ingenua. A veces me he sentido usada mientras les he convenido, y aunque se que es así como funcionan las relaciones laborales, pensé que habría algo más que el simple intercambio monetario. Por lo menos de mi parte sí lo había.


Durante este año y medio ya he pasado por una entidad bancaria, una empresa de seguridad, unas cajitas de suscripción para perros y ahora vuelvo a adentrarme en un  mundo totalmente  nuevo: la educación infantil. Esta ha comenzado como un flechazo, al menos por la otra parte, y no tengo ni idea del rumbo que seguirá, pero de todas formas, he decidido que a partir de ahora, voy a banalizar mucho más las situaciones y voy a considerarlas simplemente como otra etapa de mi vida. Voy a intentar disfrutar el día a día, sin pensar cuanto va a durar, qué va a ocurrir, si se romperá abruptamente o si será como un idilio. ¿Quién lo sabe?.

Estos son los tiempos que nos han tocado vivir y como siempre intentaré hacerlo de la mejor forma posible. 

domingo, 21 de marzo de 2021

De niña a mujer

Esa vez no voy a hablar de ninguna experiencia como guía turística, ya que desde hace más de un año no he tenido ninguna, ni de mi nuevo trabajo, ni de mis anhelos o expectativas. Esta vez voy a hablaros de algo más personal, pero que cualquiera que tenga hijas, lo habrá experimentado: el cambio tan radical de niña a mujer.

Van pasando los años y mientras tú envejeces tu hija crece. En uno de esos momentos como el de ahora, no me resisto a reflexionar sobre este momento. Mi hija tiene 12 años, y ni su cuerpo, ni su mente ni siquiera su espíritu se corresponden con lo que se supone es lo común a esa edad. Tiene 12 pero para mí es como si ya tuviera 14 o 15 y está en ese punto de su vida que me gustaría no dejar escapar, y nunca olvidar. Es una niña con deseos de ser mayor y una mujercita que es todavía una niña. El otro día me decía que si le iba a dejar ir con sus amigas al centro comercial o al mc donalds. Se me enterneció el alma, al ver sus deseos de crear un pequeño espacio personal, fuera de sus padres, donde hará prácticamente lo mismo que hace con nosotros, pero con sus amigas. 

Que bonito y maravilloso es verla crecer, aunque poco a poco te des cuenta de que se te escapa de las manos. Ahora no quiere que la coja de la mano cuando vamos por la calle, o que haga cualquier cosa fuera de lo normal, pues como que siente una cierta vergüenza de su madre. Se que no es con malicia, es solo que es consciente de ella como persona y de sus influencias sobre los demás. 

Ya no quiere juguetes, los ha aparcado de forma total. Ahora solo se interesa por su propia belleza, porque la ha descubierto y solo quiere ensalzarla en cada momento. Cremas limpiadoras, maquillaje y sobre todo ropa que le haga sentirse estilosa y guapa. Algún día descubrirá que realmente no necesita nada de ello, que ella misma resplandece por sí misma y que todo lo demás es innecesario. Pero de momento, no hay forma de hacerle entrar en razón y su coquetería a pasado a primer lugar. 

A veces la miro y me sorprendo.  El cambio ha sido totalmente progresivo, pero al mismo tiempo tan radical, que no sé dónde ha quedado la que hasta hace nada, era una niña total. Sé que lo sigue siendo y ojalá por muchos años conserve esa dualidad. Se que en ese cuerpo de mujer, que casi me alcanza en altura, se encuentra la misma personita adorable de siempre, pero que ha conseguido mejorar sus técnicas encandiladoras para hacerse con una nueva camiseta o un bolso de última moda. Tan pronto la sorprendo viendo dibujos en la tele como está conmigo disfrutando de una película de mayores. 







Como la gran mayoría, quiere crecer rápido, ser más mayor y vivir intensamente. Sueña con viajar con sus amigas, experimentar mil y una experiencias y exprimir la vida a tope. Sus sueños a su edad siempre tiene como fondo EEUU. No puedo entender la irresistible atracción que siente hacia todo lo que tenga que ver con ese país. Es cierto que ya hemos hecho juntos tres grandes viajes por EEUU, y cada vez le gusta más: la comida, la gente, la cultura, las marcas, las películas. Esta claro que la colonización cultural en ella ha funcionado perfectamente. El inglés se le da especialmente bien y cualquier referencia hacia algo de ese país o cultura es ensalzado totalmente. 


El otro día le dije que pensará como le gustaría verse de aquí a 20 años, cuando ella tenga 32, y  me dijo que es así como le desearía verse: "Viviendo en Los Ángeles en una gran casa, casada con un americano estupendo y con tres hijos: Bella, Kendall y Harry. Seré actriz y famosa directora de cine. Tendré un caniche toy marrón,  y todos mis hijos tendrán mi apellido y además voy a ser una madre molona." Madre mía, me dejó de piedra. No se si es bueno tener esos sueños de grandeza y sobre todo tener en tan alta estima el dinero, el éxito y sobre todo un país y una cultura, con todas sus luces y sus sombras.

De momento, aunque dejo que ella cree sus ilusiones,  también la advierto que eso que ella busca puede que no sea sinónimo de felicidad y que con una vida mucho más sencilla y simple puede ser igual o más feliz. Pero no quiero cortarle tampoco ningún ala, seguramente la vida ya se encargue de ello, mientras tanto que viva y desee lo que quiera. 



viernes, 19 de febrero de 2021

Si los ojos hablasen






Si los ojos hablasen escucharías mis sentimientos: mi preocupación por saber que ya te encuentras bien, o mi agradecimiento por tus palabras, tu actitud o tu mirada. Con el gesto no puedo decírtelo pues ya no te puedo tocar y en mi cara mis expresiones no puedes ver porque está tapada.

Así que aprendamos a leer en los ojos, lo que nos está vetado hacer en su lugar.


domingo, 7 de febrero de 2021

Despegando

Vivo en Barajas, un lugar bastante desconocido incluso para los habitantes de Madrid. Muchos se sorprenden cuando les digo que forma parte de uno de los barrios de Madrid capital.

Lógicamente la gente lo asocia con el aeropuerto y muchos se imaginan un lugar lúgubre donde estamos continuamente invadidos por los ruidos de los aviones, sin embargo, no es para nada así. Es cierto que desde mi casa se puede ver la torre de control e incluso los aviones, pero nunca sobrevuelan el barrio ni se escuchan los aterrizajes. Lo que sí que se oye, si hay el suficiente silencio, es el despegue de los aviones.


Desde siempre me han fascinado los despegues, ese sonido in crescendo que para mí denota fuerza y potencia y que es la consecuencia de un fenómeno que sigue siendo totalmente inexplicable para mí, como es el que un avión con todo su peso, equipaje y personas pueda alzar el vuelo. Sí, siempre me ha gustado porque es un sonido leve pero intenso que dispara mi imaginación sobre donde ira, a quien llevará y sobre todo lo siento como la huida perfecta de tu presente hacia otros lugares donde tu realidad cambia de forma inmediata.

 Durante estos meses de pandemia, restricciones, cuarentena y ausencia de viajes, su escucha es como un ancla a la esperanza de que pronto pueda coger uno de ellos y me lleve a nuevos sitios, lugares y oportunidades.

 El despegue además es para mí. una metáfora de la vida, de tus conquistas y tus metas, y de cómo, paso a paso, puedes llegar a conseguir algo excepcional. Por eso cuando veo que me faltan las fuerzas, que no puedo continuar, que no puedo seguir, viene a mi mente ese sonido y sé que tengo que continuar un poco más, y cada vez más fuerte, para conseguir despegar y volar.

Nadie debe quedarse paralizado, hay que seguir adelante para pronto conseguir levantar el vuelo y sentirse entre la nubes de cualquier lugar de tu fantasía o imaginación.


viernes, 15 de enero de 2021

La vida en gris






El gris es un color neutral que acapara a dos opuestos: el blanco y el negro, la luz y las tinieblas, la esperanza y la desesperación al mismo tiempo. Es la unión de los opuestos en algo nuevo. Y así, siento que está siendo la vida en estos tiempos, una vida gris cargada con todos sus opuestos

Me levanto feliz de percibir los rayos de sol, el nuevo día, la ilusión de encontrar algún pequeño detalle que te alegre el mañana. Abro la nevera y no me puedo quejar de la variedad de cosas que puedo disfrutar. Me visto y siento el privilegio de irme a trabajar en estos momentos de incertidumbre y falta de oportunidades. Miro alrededor y veo a mi familia sana y feliz, cada uno con sus actividades.

El día es blanco y lleno de luz, pero en seguida las tinieblas se entremezclan para quitar su pureza. Me monto en el metro y me vuelvo hacer el mismo camino, que ayer, que antes de ayer y que el día anterior. Es el día de la marmota donde un día es igual al otro. Parece como si la vida hubiera perdido intensidad, parece una vida a medias, una vida sin más.

Esa vida gris algunos la viven unos momentos, otros  una temporada y muchos desde que pueden recordar. Yo solo espero que pronto, ese tono gris se coloree con sonrisas, experiencias, vivencias y forme un arcoíris de vitalidad. 









sábado, 3 de octubre de 2020

Viaje a otra posibilidad de mi mismo

 


Dicen que la vida es un viaje y que debes ir adaptándote a cada uno de los acontecimientos y obstáculos que encuentres por el camino. Y ciertamente así es. Esta vez el viaje no es a un destino nuevo ni a uno conocido, sino que es un viaje a una alternativa, a otra posibilidad de mí misma. Hay una cantidad ingente de alternativas y cada una de nuestras decisiones en la vida nos lleva a uno u otro lugar ¿y si hubiera estudiado otra cosa? ¿y si hubiese aceptado aquel trabajo que me propusieron? ¿y si no me hubiera arriesgado a dejar mi trabajo fijo? Esta vez, es mi vida en otro ámbito laboral totalmente ajeno a mí: el mundo de los call center y las finanzas. Para realizarlo he tenido que prepararme y adaptarme a un entorno nuevo, pero ¿qué es si no eso, la esencia de viaje?

Debido a la COVID he tenido que dar un giro temporal a mi trabajo de 360 grados. Tras 15 años trabajando en el sector turístico, es ciertamente complicado encontrar algo en otro sector. El giro no ha sido ni elegido ni otorgado, sino únicamente producto de las circunstancias, al ser el primer empleo en el que me seleccionaron, entre las decenas de curriculums que envié para trabajos de lo más variado.

Durante unos meses he sido Agente telefónico del Banco de Santander, una actividad que jamás habría pasado por mi cabeza. Call center, finanzas, prestamos, claves, tarjetas, cuentas, transferencias, recibos, firmas electrónicas, intereses, comisiones y un sin fin de nuevos temas que fui incorporando a mi día a día. Las explicaciones de las ciudades, de la cultura, de los monumentos y de nuestra idiosincrasia fueron sustituidas por estos términos, que antes solo conocía de forma superficial

Mi presencia física, el movimiento y el propio viaje en sí, se ha transformado en el trayecto invariable de casa al trabajo y del trabajo a casa. Mi asiento en los primeros sitios del bus se ha sustituido por una silla de uno de los puestos de un gran call center. Tampoco las paredes que rodean mi oficina, nada tiene que ver con los variados paisajes, ciudades o monumentos que como guía visitaba cada día.

Lo que más ha cambiado ha sido sin duda el contacto con los clientes. He pasado de una media de una semana viajando y compartiendo prácticamente todo el día juntos, a una corta relación telefónica. Las interacciones que antes tenía cara a cara con cada uno de los turistas, ahora son con clientes del banco y solo a través del teléfono. La relación con otras personas a parte de los propios clientes, ahora es bastante escasa. De relacionarme continuamente con proveedores, compañeros y conductores a un contacto temporal y efímero con cientos de interlocutores que jamás volveré a oír, ni sé quién son o serán.  

Mis habilidades comerciales que antes utilizaba para que comprasen una excursión o hicieran una actividad opcional, ahora las uso para que contraten un préstamo o alguno de los otros productos financieros del banco. He utilizado algunas de las cualidades o virtudes que antes usaba como guía: el saber escuchar, la paciencia, el proporcionar información, el gestionar las peticiones de mis clientes y el intentar ayudarles en todo lo posible. Como guía haciendo que disfruten más del viaje, de las experiencias y de las posibles aventuras que encontremos en el camino y como operadora ayudando a conocer todos los entresijos de la aplicación, realizando operaciones financieras, explicándoles porqué se ha retenido un recibo, o cómo sacar un mejor partido de su cuenta bancaria  y así una lista interminable de operaciones bancarias.

Así que, aunque solo deseo que este trabajo sea algo temporal y que pronto pueda regresar a lo que realmente me hace sentir viva y feliz, me consuelo pensando que con este nuevo trabajo podré conseguir unos ingresos mínimos con los que poder seguir adelante, unos conocimientos que nunca están de más y sobre todo saber que de una u otra forma me he sentido útil pudiendo ayudar a alguien.

 Como puntos positivos puedo decir que ahora regreso a casa todas las noches para dormir. Aquí tengo contrato, seguridad social, sueldo fijo, comisiones, derecho a desempleo que se va acumulando con los meses, vacaciones pagadas, etc. Frente a esto, cuando estoy de tour paso días, semanas y a veces incluso meses sin volver a casa, hasta que termino los viajes. Además, como guía soy autónoma, algo que en nuestro país es una auténtica locura. El trabajo es mucho más inestable ya que depende totalmente de la demanda que exista y así hay periodos en que tengo tantas solicitudes que tengo que elegir entre distintas empresas, y otros en los que no hay absolutamente nada. Son sin dudas dos formas muy diferentes de ver la vida. Sin embargo, no cambiaría jamás la seguridad que te proporciona un trabajo estable con la sensación de libertad y el placer que te produce trabajar en lo que te gusta.


miércoles, 1 de julio de 2020

Reflexiones (positivas) en tiempos de Covid-19

Es cierto que esto de viajar es una droga, aunque suene a falaz y manido. Para una persona como yo que viaja para vivir y vive para viajar, estar encerrada en casa tanto tiempo, sin conocer nuevas personas, ver otros paisajes o experimentar aventuras,  ha sido realmente difícil. A ello se ha añadido que ya llebaba todo el invierno en casa, porque si hay algo que defina mi trabajo es sin duda la temporalidad.

El confinamiento puede que no haya sido tan difícil para las  personas que disfrutan de tener mucho más tiempo, de la tranquilidad, de hacer las cosas lentamente y sin embargo haya sido más difícil para aquellas que  necesitan intensidad, acción y velocidad para sentirse más vivas. Como es lógico yo soy de estas últimas. 

¿Cómo poder viajar sin moverte de casa?, ¿Cómo encontrar la emoción que te quite el síndrome de abstinencia? No nos engañemos, no hay nada cómo vivir la experiencia por ti mismo.  Pero hay otro tipo de viaje, el Viaje Imaginario, el que se hace a través de los ojos de los demás. Tampoco se puede decir que sea un sucedáneo, es simplemente algo distinto.

Así, durante esta cuarentena he viajado por los lugares más inhóspitos sin moverme de casa, sin tener que hacer el fastidio de la maleta, sin pasar frío ni hambre, sin el riesgo que conlleva toda aventura, desde el plácido colchón de mi cama. Mi viaje ha sido a unos cuantos países del África más profundo y mi guía ha sido Miguel Silvestre, con su fantástico libro "Un millón de piedras". Leer esto en la solapa del libro me atrapó de tal modo que ya no hubo manera de dejarlo.:

"Sólo hay dos tipos de tipos: los que buscan una vida ancha y los que aspiran a una vida larga. Los primeros se la juegan y los segundos se acartonan. Pueden ser triunfadores, pero nunca héroes como los primeros.Esta odisea está llena de aventuras y riesgos, de hoteluchos de mala muerte, de baches, polvo y arena, y de gente que sobrevive en villorrios pasmados en la galbana. Hay paisaje, paisanaje... y pasión. Pero no compasión, que es el cómodo refugio del fuerte para anestesiar la conciencia ante el dolor de los débiles. Es verdad que no hay muchos amaneceres en el Serengueti, ni curtidos machos alfa despachando leones y elefantes entre las minas del rey Salomón, ni el silbido de la mamba negra. A cambio, en cada página hay un par de historias que ponen la piel de gallina y escupen sobre los tópicos..."




También a África me fuí con Javier Aldekoa y su magnífico libro "Hijos del Nilo". Tantos meses en mi biblioteca y nunca encontraba el momento de leerlo. Sin embargo sus intrahistorias, su información y sus aventuras como periodista me han hecho viajar muy lejos.

No han sido viajes turísticos como podéis imaginar. Han sido más que nada viajes de aventura, precisamente de lo que más me ha faltado en esta cuarentena, y han sido por África, porque sin duda es el continente más desconocido y éxotico para mí. 

Pero también a veces pienso que  leer este tipo de libros, es todo un riesgo. Se meten tanto en tu mente, que a veces piensas en dejarlo todo y simplemente lanzarte a vivir, a experimentar por tu cuenta. Sin embargo, soy realista al mismo tiempo y no solo por las restricciones de viaje que todavía existen, sino sobre todo porque mi hija de 11 años y mi marido me necesita más que nunca. De todas formas todas estas vivencias  han servido como válvula de excape y han despertado en mí otros proyectos que quién sabe, si en algún momento podrán salir adelante.




¿Qué más cosas positivas, hay en el encerramiento? Pues he visto series y películas interesantes, he remodelado mi vesturario y mi casa y he dormido más de lo que nunca hubiese imaginado. Creo que lo mejor de todo ha sido el dejar de planificar, el vivir el día a día, sin pensar más allá de la misma semana y el centrarme cada vez más en el presente, ante un futuro inquietante e inesperado. Es el aprender a no esperar nada y a tener un poco más de paciencia. También  el volver a disfrutar con cualquier pequeña cosa, con un rayo de sol, con un paseo, con las primeras quedadas con tus amigos. No quiero ni pensar, cuando pueda volver a trabajar, creo que se me caeran las lágrimas. 

Aunque sin duda lo mejor de todo ha sido el poder disfrutar de tanto tiempo con mi hija, del día a día, de sus rutinas. Esos momentos son y serán unicos e irrepetibles y me imagino compensarán por tantas veces que he estado fuera de casa.

También me he dado cuenta más que nunca de cuánto teníamos y  he aprendido a apreciarlo mucho más. Ha sido como ese romático amor, que cuando lo pierdes te das cuenta de todos los momentos maravillosos que has vivido y como los añoras ahora que lo has perdido. 

Es saber vivir con poco o cada vez con menos y ser igual de feliz y conseguir que el tema económico no colapse tu vida. Es una lección muy dura, pero que hará que valoremos más cada euro que ganemos, cada abrazo que demos y cada contacto que tengamos que tengamos en un futuro, que espero cada vez esté más cercano.






viernes, 29 de mayo de 2020

Reflexiones (negativas) en tiempos de Covid-19

El Covid-19 ha sido y es sin duda una de las situaciones más problemáticas a las que me he tenido que enfrentar. En mi caso no ha sido desde el punto de vista sanitario, ya que ni mi familia ni yo no lo hemos padecido, al menos que yo sepa, sino más bien desde el punto de vista económico y profesional. Después de labrarme una carrera como guía turística con tesón durante años, ahora parece que tendré que reinventarme, buscar otra profesión o fuente de ingresos hasta que el turismo, y en mi caso particular el internacional, pueda restablecerse de nuevo. Mucha gente dice que busques en tus pasiones y tus aficiones una nueva profesión. Pero para mí, ser guía turística es realmente mi vocación y mi pasión, lo que más disfruto haciendo y lo que mejor se hacer.  Por eso no puedo evitar sentir frustración y desesperanza, al darme cuenta de que después de tanto esfuerzo, tengo que, de nuevo, volver a empezar.

Cuando hay acontecimientos traumáticos o extraordinarios como el que estamos pasando, intentas encontrar un punto de sustento, quizás para no caer o quizás para darte impulso.  Estos puntos de apoyo suelen ser sobre todo tus amigos y tus familiares. Poder pasar más tiempo con tus seres queridos más cercanos es lo más positivo que puedes encontrar en todo este encierro. Sentirte útil, poder ayudar a alguien de alguna forma, ciertamente alza el espíritu. También intentas encontrar consuelo en el ocio: el arte, la cultura, los cursos, las películas, los libros, el deporte, el yoga, o cualquier cosa que esté al alcance de tu teclado y que ahora por fin, tienes la posibilidad de disfrutar. Igualmente, en el orden, en recolocar tus cosas, en organizarte, en deshacerte de aquello que ya se ha convertido en superficial. Realmente hay un montón de cosas que pueden servirnos de ayuda.

Pero aún con todo ello, no consigo sentirme bien. Pese a la multitud de mensajes positivos que nos invaden: “Todos juntos”, “ya falta menos”, “lo estamos consiguiendo”, etc, no son suficientes, ya que desgraciadamente contrastan con la realidad que día a día nos ofrece el telediario.

Así que, busqué más apoyos e intenté volver la vista atrás, intentando revivir experiencias pasadas y de las que hubiera sacado mensajes de aprendizaje en mi vida. Mi mente trato de rebuscar y entre ellas encontró los recuerdos de hace más de 20 años, cuando otro gran acontecimiento tuvo lugar en mi vida: Mi viaje a la India. Un viaje sin duda de transformación, en el que durante tres meses conocí una realidad muy distinta a la nuestra, con sus luces y sus sombras, y que me enseñó tanto sobre la relatividad de la vida y de nuestros problemas cotidianos.

Los recuerdos que más rescaté fueron las imágenes que me sobrecogieron saliendo en tren desde Bombay, rumbo no sé a dónde. Desde la ventana de mi vagón se sucedían kilómetros y kilómetros de una misma imagen, la de la desolación y la pobreza de los barrios más marginales que puedas imaginar. Los miraba con enorme profundidad ya que quería retener esas imágenes en mi memoria para siempre, quería que impresionaran de forma permanente mi mente para que cuando tuviera momentos de desesperación pudiera apoyarme en esos recuerdos y desenfocar de mis problemas del primer mundo. Y es cierto que, comparado con ellos, incluso nuestra vida durante el covid-19 se relativiza. Estar encerrado en casa, con aire acondicionado, viendo películas, leyendo libros, pasando más tiempo con tu familia, parece que no debería ser ningún problema.

Sin embargo, lo es, y puede que mi postura parezca egoísta y banal comparada con la vida que les ha tocado a otros o con las consecuencias mucho más dramáticas que esta situación ha supuesto para mucha gente. Para mí, en estos momentos, las desgracias de los demás no me sirven de consuelo ni de sustento.

Muchos sueños se han ido al traste y no termino de vislumbrar una luz lo suficientemente intensa al final del túnel, o puede que lleve ya demasiado tiempo encerrada y tan solo necesite un poco más de vida para poder encontrar una salida. Puede parecer estúpido que en mi situación me queje de no poder irme de vacaciones este año, o de no saber cómo voy amoldarte a esta nueva vida, o de no saber de qué vamos a vivir los próximos meses, o de simplemente no poder sentirme libre.

Para mí éstos también son problemas. Problemas del primer mundo, pero problemas. ¿Entonces mis viajes, mis visiones de antaño, mis experiencias no han servido para nada?  Puede que no tanto como quisiera. Puede que ya haya pasado demasiado tiempo, que me haya aburguesado en demasía y que el capitalismo y la occidentalización hayan calado en mi mucho más de lo que yo creía, o simplemente quizás, no sea tan fuerte como imaginaba.

Aquellas experiencias, junto con otras muchas más de mi vida, sin duda han conformado mi personalidad y mi sentido de la vida, y me ayudan a mantener el equilibrio mental en estos duros momentos. Pero al mismo tiempo tengo la necesidad de quejarme, de sentirme frustrada y muchas veces desesperada ante la impotencia de los acontecimientos. Y creo que eso es algo que todo el mundo debería hacer: exteriorizar todo este malestar, sacarlo fuera, quejarnos, llorar, estar de mal humor e incluso tocar fondo. Sacar esa negatividad e intentar neutralizarla con todos esos puntos de apoyo. Solo así conseguiremos una sociedad sana, que no tenga que mantener siempre la sonrisa, que no tenga que estar siempre bien, que no sea tan perfeccionista y pretenda que estemos siempre alegres. Debemos aceptar nuestras debilidades e imperfecciones, de forma que no nos volvamos locos y que cuando todo esto pase o al menos mejore, podamos seguir adelante.

Me gustaba como era mi vida, y ya no va a volver a ser lo mismo. Quizás en un futuro lejano, puede que incluso mejore y se depure de tanta velocidad, globalidad y capitalismo. ¿Quién sabe? Pero ahora solo soy capaz de mirar el presente y el futuro más cercano, y lo cierto es que lo que vislumbro no me da mucha esperanza.

lunes, 4 de mayo de 2020

Mi adicción por las postales


Siempre he considerado las postales una pequeña gran obra de arte.  Soy una adicta a las postales
de todo tipo.  Postales sin escribir, a modo de souvenir, como un recuerdo entrañable; postales que escribes y que llevan un poquito de ti y de donde te encuentras y postales que recibes, de tu familia, de tus amigos, o de quienes han compartido un poco de su vida contigo.

En este post empezaremos con las postales que compras, pero que no envias, son un regalo para ti mismo, para apresar en unos centímetros recuerdos, momentos o lugares.

Las postales de lugares son sin duda las más comunes, te enseñan tanto en tan poco que son capaces de trasladarte a cualquier lugar del mundo. Es la postal foto por antonomasia, sacan la mejor vista, el mejor ángulo, quizás la mejor composición, pretendiendo apresar la mejor imagen del sitio donde hemos estado. Pero además de éstas hay otras que son simplemente dibujos, recursos didacticos, poesías, formas representativas de un país,etc.. Puede haber tantas como el límite de tu imaginación.

 Pero como una imagen vale más que mil palabras, qué mejor que dejaros unas fotos de mi maravillosa colección de postales: